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Afectadas por violencia, ceremonias y fiestas tradicionales de comunidades Pimas

Redacción

Ciudad de México. – La ciudadana Yolanda Bustillos Galaviz, hablante de la lengua pima, señaló que debido a la violencia que hay en la región norte del país, algunos hombres abandonan su pueblo y dejan toda la responsabilidad de la familia a la esposa y eso afecta las ceremonias y fiestas tradicionales de los pueblos pimas.

En el marco de la celebración del Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019, desde tribuna, recordó que las principales festividades que celebran los Pimas o o’ob son: semana Santa, Yúmari, fiestas de San Isidro Labrador, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe y de San Juan Diego y San Francisco de Borja.

Compartió que los Pimas están ubicados en varias comunidades aledañas a Maycoba, perteneciente al municipio de Yécora, Sonora, y en el municipio de Temósachic, Chihuahua.

“Vivimos en casas de madera y adobe en medio del bosque, cerca de los arroyos. A veces vamos a nuestros ranchos para la siembra y cosecha de maíz y frijol, a lo que en especial nos dedicamos”.

Asimismo, algunos trabajamos en los ranchos de ganados, en la fabricación de carbón y en los aserraderos de pinos, comentó.

También muchas de nuestras mujeres trabajan en casas, limpiando, lavando ropa y cocinando. Cinco de nosotros somos maestros de la sección indígena de la Secretaría de Educación y Cultura. También algunos trabajan en las compañías mineras de la región, añadió.

Compartió que la relación familiar de los pimas se ve afectada por los trabajos en la minería, “pues las familias se ven separadas, ya que el papá, y en algunos casos la madre, se tienen que ir a trabajar lejos por varios meses”.

Añadió que otro problema grave es la destrucción de bosque, debido a la presencia de las empresas mineras y forestales.

“Nosotros, como pimas, sufrimos las consecuencias del alcoholismo y narcotráfico. Abundan las armas, hay muchísima inseguridad. Nos hacen falta mejoras básicas en vivienda, caminos, empleos, salud, seguridad y, principalmente, educación, pues queremos que nuestros hijos tengan la oportunidad de una educación universitaria”, subrayó.

“Creo que el futuro del pueblo depende de nuestro bosque, de nuestro territorio tradicional en Sonora y Chihuahua, de nuestra lengua materna y, sobre todo, de nuestra espiritualidad tradicional”, agregó.

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