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El 11 de abril se celebra el Día Mundial del Parkinson

*.- Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de James Parkinson, un neurólogo británico que en 1817 descubrió lo que en aquel tiempo denominó parálisis agitante

Redacción / 11 de Abril 2024

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es una condición degenerativa, progresiva y crónica del sistema nervioso que se caracteriza por causar severos daños neurológicos, generando alteraciones en el control y coordinación de los movimientos del cuerpo, así como rigidez muscular.

El daño aparece cuando las células del sistema encargadas de producir dopamina, una hormona que regula el movimiento, detienen su producción y esto termina por desencadenar la enfermedad.

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después del alzhéimer. Los síntomas aparecen de forma progresiva, afectando algunas zonas del cuerpo como las manos, los brazos, las piernas y la cara. Luego se extiende a todo el cuerpo, causando rigidez motora, temblores, problemas de equilibrio y coordinación.

Un diagnóstico y tratamiento tempranos son clave para hacer más lento su avance, la información y la erradicación de prejuicios pueden mejorar la vida de los pacientes y el entorno familiar. Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden incluir los siguientes:

Temblores. Un temblor, o una sacudida, generalmente comienza en una extremidad, a menudo en la mano o los dedos, aun estando en reposo.

Lentitud en los movimientos (bradicinesia). Con el tiempo, la enfermedad de Parkinson puede retardar los movimientos, ocasionando que las tareas más simples sean difíciles de realizar, a veces los pasos se hacen más cortos al caminar e incluso se arrastran los pies.

Rigidez muscular. La rigidez muscular llega a ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Los músculos rígidos presentan dolores y limitan el movimiento.

Alteración de la postura y el equilibrio. La postura puede volverse encorvada o tener problemas de equilibrio.

Pérdida de los movimientos automáticos. Es posible que sea reducida la capacidad para realizar movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o balancear los brazos al caminar.

Cambios en el habla. Cerca de la mitad de las personas con la enfermedad de Parkinson tiene dificultades para hablar. Estos problemas suelen caracterizarse por hablar en una voz muy bajita o en un tono monótono. Algunas pueden vacilar antes de hablar, arrastrar las palabras o hablar demasiado rápido.

Cambios en la escritura. Resulta cada vez más difícil escribir y la letra tiende a hacerse pequeña.

Depresión. Se presenta comúnmente en las primeras etapas de la enfermedad, aún antes de que se noten otros síntomas. Algunas personas pierden su motivación y se vuelven dependientes de los miembros de la familia.

Cambios emocionales. Algunas personas con Parkinson se vuelven miedosas e inseguras mientras que otras se vuelven irritables o atípicamente pesimistas.

Dificultad para tragar y masticar. Los músculos que se usan para tragar funcionan con menor eficiencia en las etapas tardías de la enfermedad. Los alimentos y la saliva podrían acumularse en la boca y el fondo de la garganta, lo que podría ocasionar ahogo o babeo, ocasionando dificultad para obtener buena nutrición.

Problemas urinarios o de estreñimiento. Se presentan problemas con la vejiga y el intestino debido al mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo, que se encarga de regular la actividad del músculo liso.

Problemas de la piel. La piel de la cara puede volverse grasosa, particularmente la frente y los lados de la nariz. El cuero cabelludo también puede volverse graso, o bien, hay casos donde la piel puede volverse muy seca.

Problemas para dormir. Los problemas para dormir son comunes en la enfermedad de Parkinson e incluyen dificultad para permanecer dormido por la noche, sueño intranquilo o pesadillas.

Demencia u otros problemas cognitivos. Pueden presentarse problemas en la memoria y pensamiento lento, agravándose en las etapas tardías de la enfermedad. Esto puede afectar, el lenguaje, el razonamiento u otras habilidades mentales. Los medicamentos que se usan para tratar los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson pueden causar confusión y alucinaciones.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson se incluyen los siguientes:

La edad. Los adultos jóvenes rara vez padecen la enfermedad de Parkinson. Originalmente comienza en etapas medias o avanzadas de la vida, y los riesgos aumentan con la edad. Las personas normalmente manifiestan la enfermedad alrededor de los 60 años de edad en adelante.

Predisposición genética. Tener un pariente cercano que sufra la enfermedad de Parkinson aumenta las probabilidades de presentarla.

Sexo. Los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que las mujeres.

PREVENCION

Aunque se desconocen las causas de la enfermedad de Parkinson, debemos estar alerta y, ante cualquier síntoma de sospecha de la enfermedad, acudir al médico. El diagnóstico temprano es vital para tener un tratamiento en fases tempranas.

Algunos estudios epidemiológicos sugieren que el ejercicio físico reduce el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson; sin embargo, tener una buena alimentación y hacer ejercicio de manera frecuente es recomendable para tener una buena calidad de vida en general.

Para prevenir de forma efectiva una enfermedad, primero hay que conocer su causa, aún queda un largo camino en el caso del Parkinson.

Fuente: Agencias

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